El Centro Histórico se asienta sobre una colina presidida por la Catedral de Santa María. Junto a la Catedral, las torres de las iglesias de San Miguel, San Vicente y San Pedro forman el perfil más conocido de la ciudad.
Sus calles recuerdan a los oficios artesanos que se asentaban allí: Correría, Herrería, Zapatería, Cuchillería, Pintorería... Dichas calles albergan los edificios más antiguos y singulares de la ciudad. Detrás de la catedral, por ejemplo, se encuentran el Portalón, una bella posada medieval de ladrillos, y la Torre de los Anda.
En el centro del Casco Antiguo se erigen dos fastuosos palacios renacentistas: el de Escoriaza-Esquivel y el de Montehermoso, convertido hoy en centro cultural.
En el otro lado, se pueden encontrar la Casa del Cordón, edificio de espectacular fachada, el Palacio de Bendaña, edificio que junto a otro anexo alberga el Museo Bibat que acoge los museos de Naipes y de Arqueología, la Iglesia de San Vicente, el Palacio de Villasuso y el Mirador de los Arquillos.